Culpa in vigilandoMtra. Nohemí Arguello SosaOpinión

¡Ciudades seguras para ellas! #NoHayExcusa

CULPA IN VIGILANDO

Por Nohemi Argüello Sosa

¡Ciudades seguras para ellas! #NoHayExcusa

«¡Qué buena estás!», «esos pantalones te quedan increíbles”, «deberías sonreír más, te ves más chula», «no te hagas la difícil, chiquita”, “mamacita”, “tanta carne y yo chimuelo”, «deberías sentirte halagada de que te diga estas cosas», «si te vistes así, es obvio que buscas atención», frases como estas son lanzadas por extraños a mujeres y niñas cuando caminan por espacios públicos.

Estas frases y expresiones no solo son irrespetuosas, sino que también contribuyen a crear un entorno hostil y amenazante para quien las recibe. El acoso sexual callejero no tiene cabida en una sociedad que busca la igualdad y el respeto mutuo.

Según un estudio de ONU Mujeres realizado en el marco del programa Ciudades y espacios seguros, el 91% de las mujeres encuestadas reportó haber experimentado acoso sexual, el 63% trató de terminar sus actividades diarias antes de las seis de la tarde por la percepción de inseguridad y el 39% señaló que le tocaron su cuerpo sin razón aparente.​

En cada ciudad, ya sea urbana o rural, el acoso sexual es un desafío cotidiano para mujeres y niñas. Desde comentarios lascivos hasta el temor de sufrir violación o feminicidio, estas experiencias impactan directamente en la libertad de circulación, limitan la participación en la educación, el trabajo y la vida pública, y afectan negativamente la salud y el bienestar. Es un problema que va más allá de las fronteras geográficas y culturales, y requiere soluciones audaces y efectivas.

Durante 10 años, la iniciativa mundial, Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros para las Mujeres y las Niñas de ONU Mujeres ha trabajado y logrado que diversas ciudades del mundo como Quito, Ecuador; El Cairo, Egipto; Nueva Delhi, India; Port Moresby, Papúa Nueva Guinea y Kigali, Ruandaparticipen en la creación de espacios públicos más seguros para las mujeres y las niñas.

Un ejemplo es el de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, donde se logró aumentar la seguridad, la higiene y el confort entre las mujeres y niñas que trabajan en los mercados y cuando utilizan el transporte público.

Otro es el de Quito, Ecuador, donde se incorporó una disposición contra el acoso sexual en los espacios públicos en el reglamento local para incluir una disposición específica, que ha impactado en el descenso del acoso sexual en el transporte en la ciudad.

Y, en Monterrey, Nuevo León, el programa “Vagón Rosa” del Metrorrey, cuya segunda etapa en ahora llamada “Zona Preferente”, es un transporte exclusivo para mujeres y personas con discapacidad, lamentablemente, no es respetada por los hombres, por lo que, se requiere de más colaboración de la ciudadanía para eliminar el acoso sexual en el transporte.

Estos programas son pautas para otros gobiernos municipales, los cuales solo necesitan dos cosas: adecuarlos y voluntad para invertir en #CiudadesSegurasParaEllas #NoHayExcusa

¿Usted, qué opina?

#16Días #ÚNETE

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