Son partículas que se quedan en el organismo y a la larga producen enfermedades diversas que ponen en riesgo la vida, dicen especialistas
Por Esteban Garcia Arellano
(Especial).-Un artículo publicado en el Periódico El Financiero por Salvador García Liñán aborda una serie de estudios en los que analizan el riesgo que existe para la salud los microplásticos que se acumulan en el agua embotellada que consumimos.
Para el autor, si tienen menos de cinco milímetros de diámetro, son microplásticos. Estas diminutas partículas se acumulan en el agua y pueden penetrar en la cadena alimenticia e incluso diseminarse en el aire. Se encuentran en productos de cuidado personal, tales como la pasta de dientes», explica.
Es uno de los usos más habituales de los microplásticos en nuestra vida diaria.
De acuerdo con el texto publicado, por primera vez se analizaron once marcas diferentes de agua embotellada en busca de microplásticos: Coca-Cola, Pepsi-Cola (México), Nestlé, Danone, etc. Las botellas se compraron en 19 ubicaciones de un total de nueve países. El contaminante se encontró en el 93 por ciento de las muestras, en cantidades variables.
Según las previsiones del portal estadístico Statista, en 2017 bebimos 391 mil millones de litros de agua embotellada, mientras que en 2012 fueron 288 mil millones de litros.
En un mundo en el que cada vez bebemos más agua, el estudio plantea la pregunta: “¿Es seguro para la salud consumir partículas de plástico tan pequeñas?”.
Para García Liñan, es una pregunta difícil de responder. A pesar de la ubicuidad de los microplásticos en el medio ambiente, la toxicología se encuentra todavía en una etapa temprana de la investigación para resolver la posible amenaza de estas partículas para la salud humana.
“Todavía no sabemos cuántas de estas partículas llegan a nuestro torrente sanguíneo”, declara Rolf Halden, director del Centro de Ingeniería en Salud Ambiental de la Universidad Estatal de Arizona. Pero si algunas fueran lo suficientemente pequeñas como para atravesar la barrera intestinal, “sería preocupante la invasión física de tejidos y el impacto de los componentes químicos contenidos en los plásticos”, afirma Halden a DW.
Heather Leslie describe el microplástico como un “contaminante emergente muy desafiante”. La experta en Química Ambiental y Toxicología de la Universidad Libre de Amsterdam compara el plástico y los productos químicos que contiene con un plato de espaguetis en salsa. La pasta sería el plástico y la salsa consistiría en los químicos que la componen.
“Dependiendo del envase, se pueden encontrar algunas sustancias químicas en los plásticos que son tóxicas. De hecho, muchas de las denominadas “sustancias extremadamente preocupantes” (SVCH, por sus siglas en inglés) están asociadas con productos de plástico”.
También preocupa lo que se conoce como “toxicidad de partículas”. Cuando las partículas diminutas, incluyendo las plásticas, penetran en un tejido, pueden causar lo que se llama “estrés oxidativo”, que puede derivar en “inflamación crónica”. Esto, a su vez, puede desempeñar un papel en el desarrollo de varias enfermedades crónicas”, según explica Leslie.
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